sábado, 19 de noviembre de 2016

La Amazonia Perdida: El viaje fotogr�fico del legendario bot�nico Richard Evans Schultes


Presentación

Para el Banco de la República ha sido un placer colaborar con el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian en la preparación de la exposición La Amazonia perdida: el viaje fotográfico del legendario botánico Richard Evans Schultes, en la que se reúnen 39 magníficas fotografías que son un testimonio, no sólo de la capacidad científica de este etnobotánico bostoniano, sino de su amor por el paisaje colombiano y, en particular, por la Amazonia y sus gentes.

Schultes nació en 1915 y visitó por primera vez nuestro país en 1939. Su interés original en la Amazonia estaba relacionado con las plantas medicinales, pero en 1941 se dedicó al estudio del caucho, planta símbolo de la explotación de los recursos naturales de este ecosistema, que durante la Segunda Guerra Mundial) tenía un valor estratégico fundamental, pues la mayoría de las zonas productoras de esa materia prima en el mundo estaban bajo control japonés.

A Schultes no "se lo tragó la manigua" pero quedó definitivamente atrapado por la riqueza natural y la abundancia de posibilidades de estudio que ofrecía una región poco explorada en ese momento. Permaneció por una docena de años en la Amazonia colombiana, convirtiéndose en uno de los grandes expertos mundiales en todos los temas relacionados con la Etnobotánica de la zona. Su labor fue reconocida por colegas y Gobiernos en muchas partes del mundo y por ello recibió premios y distinciones como la Cruz de Boyacá, la Medalla de Oro del World Wildlife Fund, el prestigioso Premio Tyler para logros ambientales y, en 1992, la Medalla de Oro Linnean de Gran Bretaña, la máxima distinción que puede recibir un botánico.

A partir de 1951, y casi hasta su muerte en 2001,  Schultes regresó muchas veces a nuestro país y en sus estadías reunió más de 30.000 especímenes de plantas. Vinculado durante casi la totalidad de su vida académica con la Universidad de Harvard, entre sus trabajos más importantes están los relacionados con las aplicaciones médicas del curare, el tradicional veneno de las armas de varias tribus amazónicas. Para documentar sus estudios empezó a tomar metódicamente una  enorme cantidad de fotografías de plantas y animales, que clasificó y archivó con gran meticulosidad.

Durante su primera y larga estadía, y en cada regreso, Schultes convivió con los indígenas de un buen número de tribus. Quizá por esta razón este grupo de fotografías suyas tienen una gracia y una calidez particulares. No son el souvenir de alguien que está de paso, sino el registro de momentos significativos hecho por alguien que los comprende, alguien que sabe que tienen una existencia frágil y que no merecen ser olvidados.

En cierto modo, las fotografías de Schultes pueden verse como prolongación  de una  tradición en la que figuran los dibujos de la Expedición Botánica y las acuarelas de la Comisión Corográfica. Es emocionante constatar que, reiteradamente, la riqueza natural de nuestro país y la actitud de sus gentes llevan a los científicos más allá de sus rigurosos estudios especializados y despiertan en ellos unos intereses de índole estética que para nosotros, más o menos lejanos en el tiempo, enriquecen y humanizan su legado.

Es enteramente apropiado que esta exposición tan significativa se presente no sólo en Bogotá, sino en el área cultural del Banco de la República en Leticia, como un homenaje a la región que albergó y apasionó a su autor. Cada día se dan nuevos argumentos para que la humanidad comprenda que el respeto a la Amazonia es absolutamente vital para la supervivencia de nuestra especie. Las fotografías de Schultes son un motivo adicional para que los colombianos reflexionemos sobre la gran riqueza, que a nombre de todos, debemos administrar.

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José Darío Uribe
Gerente General
Banco de la República

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