sábado, 23 de mayo de 2009

Arqueoastronomía: Reconocimiento de la UNESCO de 28 sitios..

Reconocerá Unesco aportes astronómicos de 28 sitios arqueológicos del país: Iwaniszewski

 
YADIRA LLAVEN 

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a través del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos–México), ya confirmó la inscripción de los 28 sitios arqueológicos del país declarados Patrimonio de la Humanidad como zonas edificadas previo estudio prehispánico de la bóveda celeste; es decir, por vez primera en la historia se está reconociendo el oficio astronómico de las antiguas culturas mexicanas que habitaban Mesoamérica, informó a La Jornada de Orienteel doctor Stanislaw Iwaniszewski, uno de los investigadores más prestigiados del mundo, quien además es integrante del Sistema Nacional de Investigación en México.

Dentro de la lista de las 28 zonas mexicanas declaradas como patrimonio mundial se incluye al sitio poblano de Cholula.

En su visita a esta ciudad para hablar de las observaciones de la luna entre los mayas, expuso que la propuesta no fue aceptada tan fácil como se piensa, ya que se tenía que demostrar científicamente la aportación astronómica, asociado a que el proceso de inscripción es largo y burocrático.

“Era necesario que los sitios arqueológicos, no sólo de México, sino de América, fueran registrados por los grandes aportes que desarrollaron en la astronomía, cuando no tenían más herramienta que los ojos. En realidad, según estudios que hemos realizado, todos los sitios que están en Mesoamérica fueron edificados de acuerdo con la salida o puesta del sol, de la luna y de venus –esta última–, a la que consideraban la estrella más luminosa del firmamento. Hoy sabemos que no es una estrella, si no un planeta”.

“Es asombroso –agregó previo a su participación– todo lo que las antiguas culturas lograron registrar, sobre todo los mayas, en la infinidad de calendarios elaborados con base en las estaciones solares”.

 

Un mito, el descenso de Kukulcán

En el auditorio del Museo Amparo expuso que no está demostrado que el descenso de Kukulcán en la pirámide de Chichén Itzá (“El Castillo”) fuera registrado por los mayas, por lo que sería un mito arqueoastronómico. Esta creencia, explicó, surge en los años 30 del siglo XX fundada en la proyección solar de los “nuevos movimientos religiosos”.

La proyección solar serpentina que recorre la alfarda norte de “El Castillo”, en Chichén Itzá, en los equinoccios de primavera y de otoño, y que atrae a miles de visitantes a la zona arqueológica yucateca, es en realidad un mito arqueoastronómico reciente, pues las referencias más antiguas sobre este fenómeno óptico no van más allá de los 30 del siglo XX.

Iwaniszewski aseveró que no hay una fuente arqueológica que pueda sustentar que este efecto visual fuera percibido por los mayas antiguos tal como se aprecia hoy en día.

El profesor en la Escuela Nacional de Antropología e Historia e investigador del Museo Arqueológico Estatal de Varsovia, Polonia, detalló que las primeras relaciones en torno al efecto visual sucedido en esa pirámide datan de la estancia de la Expedición Arqueológica Maya, iniciativa de la Institución Carnegie de Washington, que dio inicio en 1923 y se extendió durante dos décadas.

 

Concheros

Respecto a los grupos que suelen acudir en el equinoccio de primavera, el también coeditor de la revista Archaeoastronomy: The Journal of Astronomy in Culture, mencionó que “se tratan de grupos que invocaban a dioses hindúes, o buscaban los sephiroth, que de acuerdo con la Cábala son los senderos o las 10 emanaciones de dios a través de las cuales se creó el mundo.”

“Para mediados de los 90 se dio un cambio, y a partir de esos tiempos gran parte de las actividades que se desarrollan ese día las realizan grupos de concheros y mexicaneros, quienes acuden con instrumentos de viento y bailan al mediodía el 21 de marzo”.

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